Gustavo Benitez

Mi segundo trasplante!!!
Todo comenzó un viernes cuando Santiago, el médico del Centro de Diálisis al que asistía puntualmente en el turno matutino, todos los lunes, miércoles y viernes del año, sin faltar uno, cualquiera sea la situación climatológica, día festivo o no, me impulsó a que realizara los trámites y exámenes necesarios para verificar la viabilidad de ingresar a lista de espera para un trasplante de riñón. Concurrí entonces a la Policlínica de Pre trasplante de INU en el Hospital Italiano y comencé las acciones que culminaron con mi ingreso a la lista de espera. Finalmente recibí mi segundo trasplante y hoy me encuentro cursando muy bien -.
Los pacientes en diálisis, en general, padecemos diversas patologías y durante todo el proceso de tratamiento, que por cierto es bastante duro para varios, sufrimos diversas problemáticas de carácter médico, más o menos complicadas, más o menos dolorosas, pero que con entereza y fuerza, en la mayoría de los casos se sobrellevan. Seguro que el grupo de pacientes del turno que tenia, entiende que se siente y que se padece y, en general, sólo nosotros y nuestros familiares cercanos conocemos todas las vicisitudes que vivimos realmente en el día a día.
En tiempos de pandemia Covid 19, en la madrugada del 25 de noviembre del 2020, sonó mi celular. Atendí dormido y del otro lado un doctor de la Unidad de Trasplante de INU en el Hospital Italiano me informaba sobre la posibilidad, cierta, que existía de trasplantarme y me consultó si había tenido algún contacto positivo Covid o si estaba cursando alguna enfermedad. Respondí negativamente. Me consultó sobre si estaba dispuesto a realizarme el trasplante y que en tal caso tenía tres horas para ir al centro hospitalario. No lo dudé. No sé qué le contesté. Creo que mi asombro, de esa nueva oportunidad que me otorgaba la vida de mejorar su calidad, me dejo atónito. Supongo que dije la palabra sí, pero no recuerdo exactamente los términos a través de los cuales di el asentimiento, y me levanté junto con mi esposa, que fue la gran gladiadora y que me ayudó a mantenerme y no decaer en circunstancias muy adversas médicas de incertidumbre y de dolor, durante más de dos décadas. Y en el correr del día me hicieron el segundo trasplante.
Creo en la medicina y también sé de sus límites. Realizarse un trasplante supone asumir determinados riesgos, como otros en la vida, pero en este caso, sin duda vale la pena correrlos. Mi intervención la viví como una más, de las muchas que he tenido a lo largo de la vida. Los platillos de la balanza de positividad y beneficios, entre lo que uno vive y transita en la vida en lo que respecta a la salud y calidad, previo al trasplante y post trasplante, se inclinan notoriamente hacia este último.
Mi humilde mensaje entonces, es que si estás en condiciones, no lo dudes; hace las consultas médicas y exámenes pertinentes para ingresar a lista de trasplante y llegada la oportunidad, no la desperdicies.
En lo personal, un agradecimiento especial a todos los profesionales médicos y no médicos que me acompañaron, de dálisis y trasplante, por su labor, trabajo, disposición y empatía, que hicieron y hacen posible que hoy que me encuentre en muy buenas condiciones.
VALE LA PENA!!!